
Apartamentos acogedores en el centro del pueblo. Consta de dos estancias “El PAJAR” y “La TROJE” con capacidad para ocho personas entre los dos.
Construidos con mucho mimo siguiendo las directrices de la antigua casa del pueblo, con paredes de piedra, adobe, vigas de madera, mezclándolo con los toques más modernos y actuales, para lograr la mayor confortabilidad de nuestros visitantes.
Totalmente equipados, con cocina completa, TV en todos los dormitorios, conexión a internet, barbacoa, patio y una pequeña piscina.
Los apartamentos se pueden alquilar de manera individual, aunque también se puede reservar de manera conjunta. Ideal para parejas, familias y pequeños grupos de amigos.
Nos encontramos a 24 kms de Oropesa con salida a la A5. A una hora y cuarto de Cáceres y hora y media de Madrid.

la historia de los
apartamentos rurales "doña pepita".
Los apartamentos rurales “Doña Pepita” se construyeron 2024 sobre vieja casa, compuesta por cocina, dos dormitorios comunicados entre si, una cuadra y un pajar, con un patio corral para ovejas y mulas que se utilizaban para la labranza. Dicha construcción databa 1840.
Se ha conservado la mayor parte de la construcción, tanto en las paredes de piedra, como en la paredes de adobe de barro y paja, que se han mantenido porque son muy buenos aislantes.
Los techos de madera se han reparado, se han mantenido también los huecos de las ventanas. Todas las puertas son originales restauradas. Los suelos hidráulicos usados en el porche estaban puestos en el interior de la antigua casa, al igual que las piedras originales de la chimenea.
En la zona del patio y porche podemos encontrar muchos elementos de labranza, estas herramientas, son un vínculo profundo con la tierra y con la historia del pueblo, lo que contribuye a la conservación del patrimonio agrícola y cultural de nuestra región.
SOBRE NOSOTROS
Somos una familia que cree en la tradición y las costumbres de los pueblos no solo como una forma de preservar la cultura, sino también una manera de promover un futuro más sostenible y conectado con la naturaleza. Las herramientas de labranza, los métodos agrícolas, las festividades y los oficios tradicionales son la columna vertebral de nuestro pueblo. Memoria de una vida más sencilla, equilibrada y respetuosa con el entorno. Mantener vivas estas costumbres no son solo un acto de conservación, sino una inversión en el bienestar y el futuro, en el crecimiento del pueblo.